A pocas semanas de que se inicien los Juegos Olímpicos de Río 2016, ya llevamos una temporada bastante larga escuchando hablar de mínimas, preolímpicos y clasificaciones para los mismos. Y en todo este tiempo una idea no deja de rondarme la cabeza… ¿es necesario enviar tanta gente?
No es la primera vez que durante la gala de inauguración los comentaristas repiten con orgullo que la delegación española está entre las primeras en número. Siempre es el país de habla hispana con más representación y, por ejemplo en Londres 2012 fue la 10ª de todos los países participantes y la 11ª en Pekín 2008.
Esto estaría muy bien si una vez finalizados los Juegos Olímpicos, los resultados estuvieran a la par con esas otras delegaciones que encabezan el ranking de las más numerosas. Sin embargo en Londres nos quedamos en 21º lugar del medallero (16º si sólo tenemos en cuenta el número de medallas y no el metal) y 15º en Pekín.
Aunque a priori puede parecer que esos puestos no son tan malos, quizá la percepción cambia cuando comparamos delegaciones, resultados y deportistas necesarios para ganar una medalla.
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Comparando delegaciones olímpicas
Partamos de conocer cuantos deportistas participaron en los Juegos Olímpicos, en las 3 últimas ediciones, por España. En Atenas acudió con 317 deportistas consiguiendo un total de 20 medallas y 50 diplomas olímpicos. Sin duda el mejor resultado tras Barcelona 92.
En Pekín 2008 la delegación disminuyó ligeramente hasta los 286 deportistas y el resultado final fue de 18 medallas y 36 diplomas. Y en los últimos Juegos Olímpicos, los de Londres 2012, fueron 278 atletas los que formaron la delegación para obtener un total de 17 medallas y 30 diplomas.
¿Esto es mucho? ¿Es poco? ¿Es lo adecuado?
Sinceramente, eso es algo muy relativo porque no existen un número que pueda considerarse la proporción correcta. Así que simplemente, comparemos con otras delegaciones.
Compararse a simple vista con las grandes potencias parece complicado. Es difícil compararse con los 529 deportistas que USA envió a Londres para ganar 104 medallas, los 375 de China para conseguir 88 metales o las 82 medallas que Rusia se llevó gracias a 436 atletas. Tampoco es fácil compararse con delegaciones como la Ucraniana que con 237 atletas se llevó a casa 20 medallas (3 más que España a pesar de traer 50 deportistas menos) o las 14 medallas de Cuba que consiguieron sus 110 deportistas.
Pero existen otras con las que puede resultar más sencilla la comparación. Siguiendo en Londres 2012, Alemania llevó unos 120 deportistas más que España, 392, sin embargo volvió a casa con más del doble de medallas, 44.
Francia con sólo 60 deportistas más, 330, consiguió 34 metales, el doble. E Italia, con casi el mismo número, 284 alcanzó los 28 metales. También Japón con un número similar, 290, sobrepasó a España ampliamente en metales con 38.
Podemos seguir y seguir, pero aun así puede que no veamos una diferencia objetiva, así que hagamos una división sencilla entre los componentes de cada delegación y las medallas obtenidas. Así nos encontramos (nuevamente calculando sobre Londres) que estos últimos países que acabamos de mencionar necesitan una media de 9,87 deportistas para ganar una medalla. Si en el cálculo incluimos las 3 grandes potencias (USA, Rusia y China) esa media baja a los 8,21 ya que ellos necesitan menos de 6 atletas por medalla.
¿Cuántos deportistas necesitó España por cada medalla de Londres? 16,35
Entre los 30 primeros países del medallero sólo Croacia con 18 y Sudáfrica con 20,83 necesitaron más deportistas por medalla que nuestra delegación. Y honestamente, para mejorar, mirarse en quien lo hace peor, no me parece lo adecuado…
¿Qué debería cambiar?
Tengo que decir que todos estos datos los he buscado expresamente para este artículo, no es que me dedique de manera habitual a comparar delegaciones olímpicas, pero sí es verdad que siempre he tenido la sensación de que España enviaba demasiada gente para los resultados que obtenía. Desde mi humilde opinión personal, estos datos corroboran esa sensación. Y lo peor es que los números no han mejorado en las últimas ediciones sino que, por el contrario han empeorado. En Pekín 2008 «sólo» se necesitaron 15,88 deportistas por medalla y en Atenas 2004 15,85.
¿Qué falla? Para mí fallan 2 cosas: la falta de competencia interna y la falta de objetivos/incentivos alcanzables.
Para clasificar a unos Juegos Olímpicos hay varias maneras dependiendo del deporte. Puede ser mediante marca mínima que debe conseguirse en una competición oficial. Puede ser alcanzando una determinada posición en un Mundial o Europeo. Puede ser a través de una competición de clasificación, un preolímpico…
Dentro de eso, las plazas que se consiguen mediante marca mínima suelen ser nominales, es decir, quien la consigue es quien va. Hay otras que por el contrario se consiguen para la federación y es esta quien determina los atletas que posteriormente la ocupan, aunque bien es cierto que en nuestro país es habitual que también la ocupe quien la consigue. La clasificación a través de posiciones en torneos suele estar más orientada a equipos y luego, evidentemente las pruebas preolímpicas donde según el deporte y las plazas pendientes de asignar, clasifican los X primeros.
¿Qué pasaría si en aquellos deportes donde no hay grandes posibilidades de obtener resultados se limitasen las clasificaciones? ¿Si la federación nacional correspondiente determinase que no irá todo el que consiga la clasificación sino sólo los X primeros o sólo quienes consigan superar más de una vez otra marca mucho más estricta que la marcada por la clasificación olímpica?
Personalmente creo que esto incrementaría la competición interna. Haría que la comodidad de tener la plaza ganada hace varios meses desapareciera para tener que luchar por ella hasta el final. Haría que el nivel de autoexigencia se incrementase para superar al oponente directo, a la persona que se juega tu misma plaza. Esto no sólo sería positivo de cara a los Juegos Olímpicos, sino a mejorar las marcas de nuestros deportistas a nivel de competición continua.
¿De qué sirve que acuda alguien que consiguió alcanzar una marca mínima sólo una vez en toda la olimpiada y que es probable que no vuelva a alcanzarla en un breve espacio de tiempo? ¿De verdad vale la pena que ocupe una plaza en la delegación, más si esa marca está muy por debajo incluso de la necesaria para alcanzar una final? Es más, si ese mismo atleta ya ha acudido en otras ediciones sin obtener ningún resultado reseñable ni ninguna evolución significativa, ¿merece volver? ¿O para qué van aquellos equipos que ocupan plazas a las que han renunciado otros países, precisamente por no poder conseguir medallas? ¿Acaso esperamos un buen resultado si ni siquiera han podido alcanzar su propia clasificación?
Todo se traduce en dinero
Nos pasamos la vida escuchando hablar de la falta de ayudas al deporte. No lo pongo en duda. Vivimos en una época donde faltan ayudas para casi todo y el deporte no es ajeno a esa situación. Entonces… ¿por qué no optimizar recursos? ¿Por qué enviar a 300 atletas para conseguir 20 medallas si podemos enviar a 150 para el mismo número? Seamos honestos, sabemos perfectamente quienes van sin tener ninguna posibilidad, quienes lo hacen con una probabilidad baja y de quienes esperamos que consigan subirse al podio. Traslademos eso a la composición de la delegación.
Ignoro cuánto se gasta el Comité Olímpico por cada atleta enviado, pero hablamos de viaje de ida y vuelta, manutención, alojamiento, equipación, personal que le acompaña (entrenadores, preparadores físicos, etc). Sin saber cuánto es, sé que el total es mucho. ¿Cuánto se podría ahorrar si no hubiera que cubrir los gastos de esos atletas que ya sabemos desde un principio que no tienen posibilidad de conseguir un resultado aceptable? ¿Qué pasaría si ese dinero ahorrado se invirtiera en aquellos atletas que sí demuestran tener una progresión y posibilidades de obtener mejores resultados a corto o medio plazo? ¿No estamos desaprovechando el talento de esos deportistas para ayudar a otros que no tienen la capacidad o las habilidades para llegar a la verdadera élite mundial de su especialidad?
Y es que en ese sentido, va el segundo punto, el de las ayudas económicas y la falta de objetivos. Sólo por clasificar a los Juegos Olímpicos (o un Mundial o un Europeo el resto de años) los deportistas se aseguran una ayuda económica para el siguiente año. No importa el puesto en la competición llegada la fecha, no importa si no llega a competir por cualquier circunstancia. Una vez ha clasificado, recibe esa ayuda económica.
Aquellos que ganan medallas y quienes quedan entre el 4º y el 12º lugar reciben ayudas adicionales según la posición, lo que está muy bien y es un buen incentivo para tratar de mejorar una posición. Pero qué pasa con quienes clasifican sabiendo que no tienen posibilidad de alcanzar esos 12 primeros puestos? Una vez en esa situación, igual da quedar último o 13º. ¿Cuál es el resultado? Deportistas que ni siquiera alcanzan sus marcas habituales o deportistas que no se presentan a la prueba por enfermedad (y que con lo que se cuenta de la Villa Olímpica a mí me hace pensar que en algunos casos puede no ser precisamente enfermedad). Me parece lógico, al fin y al cabo… ya han conseguido su objetivo. ¿para qué más? Mejor disfrutar el momento. Yo también lo haría.
¿Qué pasaría si la clasificación no fuera suficiente? Si una vez en el evento correspondiente necesitasen una determinada marca para confirmar su ayuda económica o mejorarla? No hablo de esos grandes objetivos de las medallas. No. Hablo de objetivos alcanzables: marca media de la temporada, mejor marca personal, mejor marca nacional del año… que cada escalón alcanzado, que cada segundo mejorado, que cada centímetro de más, mejorase esa ayuda económica. ¿No estarían nuestros atletas un poco más motivados para ir a dar lo mejor de sí? Si a eso sumamos la primera parte, donde sólo clasifican y donde se da prioridad de ayuda a los mejores… ¿no estaríamos progresivamente mejorando el deporte nacional gracias a centrar esfuerzos en los buenos deportistas?
¿De verdad podemos creer que en otros países con resultados mucho mejores las cosas no son así de estrictas? Países donde los deportes son mucho más practicados y por lo tanto la competencia interna ya es fuerte de manera natural, sin necesidad de forzarla. Países dispuestos a renunciar a sus plazas olímpicas porque saben que no están en disposición de luchar por medallas. Países donde el nombre y el palmarés anterior no te garantiza nada, sólo las marcas actuales te pueden volver a llevar a donde quieres ir… ¿De verdad nos creemos que en esos países las cosas no son así? ¿De verdad tenemos que creer que tienen resultados mucho mejores porque las ayudas económicas llueven del cielo o tal vez porque tengan una genética mucho mejor que la nuestra? No. Yo no me lo creo. Es una cuestión de actitud. De competencia. De superación constante.
Factores todos ellos que se podrían aplicar fácilmente para poder presumir de posición en el medallero en lugar de presumir del tamaño de la delegación.
En conclusión…
Delegaciones que rondan los 300 atletas para conseguir nunca más de 20 medallas, no es una buena proporción. Se asumen gastos que podrían invertirse en el desarrollo de los deportistas más destacados. Por eso limitar el número de plazas y renunciar a aquellas en las que se conoce la certeza de que no servirán para obtener un buen resultado fomentaría una competencia interna que desembocaría en mejores marcas. Al mismo tiempo, limitar los recursos económicos a los atletas que no presentan una evolución favorable, para centrarla en los que sí la tienen, tendría un doble beneficio: una vez más fomentar la competencia interna, y potenciar a los deportistas con más posibilidades de alcanzar la élite mundial.
En mi humilde opinión, claro… ¿tú qué opinas?
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