Y es que, al contrario de lo que todo el mundo piensa, las Medallas de Oro de los Juegos Olímpicos, en realidad, están fabricadas en plata y únicamente cuentan con un recubrimiento de oro. Pero esto no siempre fue así…
Las Medallas Olímpicas y el error que duró 70 años
En los Juegos Olímpicos Antiguos, en los que están basados los actuales, sólo el campeón de la prueba recibía una recompensa. Esta consistía en una comida en su honor, junto con el resto de campeones, una corona de olivo, el grabado de su nombre, y el de su familia, en los registros históricos y «el Honor y la Gloria» que a no pocos les servía para terminar dedicados a la vida política de su lugar de origen. Sólo el ganador del pentatlón recibía además una estatua en el templo de Zeus.
En los Juegos Olímpicos Modernos, la primera edición de Atenas 1896 ya contó con medallas. El campeón de la prueba recibía una medalla de plata, un diploma y una rama de olivo. El segundo recibía una medalla de cobre y el tercero no obtenía premio.
París 1900 fue mucho más caótico y los premios fueron de lo más variopinto. Aunque algunos atletas recibieron medallas, la mayoría obtuvieron otros premios. Desde trofeos y esculturas, como la que le entregaron a Frederick Lane por ganar dos pruebas, hasta prendas de vestir. Regalos que los organizadores recogieron de los distintos patrocinadores del evento.
La introducción de la medallas olímpicas en la secuencia que hoy conocemos (Oro, Plata y Bronce) se produjo en Saint Louis 1904. Cuando el COI aprobó esta categorización como definitiva, los atletas de las 2 primeras ediciones de los Juegos Olímpicos pasaron a ser reconocidos, retroactivamente, como medallistas de cada una de las categorías. Por eso, por ejemplo, se habla de «Medallas de Oro» en Atenas 1896 aunque realmente no las hubiera.
En Estocolmo 1912 fue la última vez que las medallas estuvieron hechas con oro macizo. A partir de Amberes 1920, primera edición celebrada tras la 1ª Guerra Mundial, las medallas «de oro» pasaron a estar fabricadas con plata y recubiertas por 6 gramos de oro. Aunque fue una medida tomada por la situación económica del momento, aún ahora se mantiene.
En Amsterdam 1928 se introdujo el diseño «Trionfo», ganador de un concurso convocado por el COI. Este representaba a la diosa «Nike» junto a El Coliseo y el nombre de la sede. Fue el diseño que se mantuvo, con sólo ligeras modificaciones, hasta Sydney 2000.
La siguiente evolución que sufrieron las medallas olímpicas fue en Roma 1960, cuando se les añadió una cinta para cogarlas al cuello, en lugar del alfiler que permitía sujetarlas en el pecho y que se había utilizado hasta entonces.
Durante el diseño de las medallas olímpicas de Sydney 2000 se abren discrepancias entre el COI y el comité organizador. Esto pone la atención sobre un error que se había mantenido durante más de 70 años: El Coliseo no es griego, es romano. En su lugar debería haber aparecido el Estadio Panathinaiko.
4 años más tarde, en Atenas 2004 se corrige el error y Trionfo desaparece de las medallas para dar paso a «Nike con el Estadio Panathinaiko». Este es el diseño que se mantiene desde entonces con ligeras modificaciones que reflejan la sede, como en 2016 el Pan de Azúcar o en Londres 2012 el Támesis.
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