Pregunta del Trivial. No vale mirar en Google. ¿Cuál es la Mayor Goleada de la Historia del Fútbol? Te doy una pista. En la segunda, uno de los equipos ganó por más de 30 goles, pero por menos de 40.
Otra pista. Este nuevo resultado, que fue reconocido por el Libro Guinness de los Récords, superó al anterior récord de goles por mucho más del triple.
¿No te lo crees? Pues sigue leyendo porque te lo cuento…
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La Mayor Goleada de la Historia del Fútbol, hasta este siglo
En 1885, la Copa de Escocia enfrentó en primera ronda a Arbroath y Bon Accord. Ambos eran equipos muy novatos con sólo siete y un año de antigüedad, respectivamente.
Por aquella época, el fútbol todavía era muy distinto a lo que conocemos ahora y los marcadores tendían a ser bastante abultados. Aun así, nadie parecía presagiar lo que iba a pasar.
Bon Accord llegó poco preparado a la competición, así que enseguida empezó a encajar goles. En el descanso, Arbroath ya ganaba por 15. Tras el segundo tiempo, el marcador acabó 36 – 0.
El joven John «Jocky» Petrie marcó 13 de los tantos, convirtiéndose en el Jugador con Más Goles en un Único Partido. Sólo ha sido igualado por el australiano Archie Thompson en un encuentro clasificatorio para el Mundial 2002, cuando su selección ganó 31 – 0 a Samoa Americana.
Volviendo a 1885, cerramos este apartado con un dato curioso. El mismo día que se registró este tanteador, hubo otro enfrentamiento en Dundee cuyo marcador podría haberse convertido en la mayor goleada del fútbol. El árbitro contabilizó 37 tantos, pero el secretario apuntó menos. Tras el partido, el colegiado reconoció haber estado confuso ante tal cantidad de goles y aceptó la corrección. Finamente, el acta enviada a la federación recogió el resultado de 35 – 0 a favor de los locales.
El Partido de Fútbol con Más Goles de la Historia
Si 36 – 0 te parece un gran número de goles para un único partido, agárrate a la silla porque todavía no has leído nada.
En la introducción te dije que el nuevo récord de goles estaba por encima del triple de ese resultado, ¿verdad? Pues en realidad, supera el cuádruple y es un marcador mucho más reciente de lo que esperas.
Todo ocurrió el 31 de octubre de 2002 en Madagascar, aunque la historia comenzó antes. Ese año, en la ronda final del Campeonato Nacional, se enfrentaron cuatro equipos entre sí.
SO l’Emyrne (SOE) era el campeón vigente y en su segundo partido se enfrentó a DSA Antananarivo, al que ganaba 2-1 muy cerca del final. Sin embargo, el árbitro pitó un penalti dudoso que puso el empate definitivo en el tanteador.
Este resultado dejó al SOE fuera de la lucha por el título, que iba a parar así a manos del AS Adema, su máximo rival.
Ante lo que consideraron una decisión injusta, y con el torneo ya decidido, SOE decidió protestar de una manera muy particular.
Su último encuentro de la competición era precisamente contra el nuevo campeón. Para sorpresa de todo el mundo, cuando el árbitro señaló el principio del partido, los jugadores del SOE llevaron el balón hacia su propia portería y anotaron un autogol.
Aquello provocó gran desconcierto, tanto en el público como en el equipo rival, pero todavía quedaba mucho partido por delante.
Cuando se produjo el nuevo pitido de saque, volvió a repetirse la misma jugada con gol en propia puerta. Y así una y otra vez, hasta el final del partido.
SOE perdió 149 – 0 en un partido donde todos los goles fueron en propia meta.
Las Consecuencias de esta nueva mayor goleada de la historia del fútbol
Aunque el árbitro no fue castigado por lo ocurrido, sí hubo muchas repercusiones. Entre ellas, la decisión del Ministerio de Deportes de disolver la Federación Malgache de Fútbol (FMF), que fue restituida unos meses más tarde.
El entrenador del SOE fue sancionado por 3 años. El castigo no sólo le impidió entrenar durante ese tiempo, también la visita a cualquier estadio del país.
Así mismo, cuatro jugadores del SOE, entre los que se encontraba el capitán de la selección nacional, fueron inhabilitados durante ese año. El resto de futbolistas de ambos equipos fueron advertidos sobre una posible sanción, si cometían una nueva ofensa.
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