
Hay muchos atletas a lo largo y ancho del mundo y la historia. Algunos serán recordados durante décadas por sus logros, otros por sus trampas y otros pasan por la pista sin pena ni gloria, y nadie se acuerda de ellos pasados unos años de su retiro.
Puede que Glenn Cunningham sea uno de estos últimos fuera de Estados Unidos, ya que nunca fue campeón olímpico ni rompió récords mundiales en torneos importantes. No obstante, dentro de su país está considerado como uno de los mejores en su especialidad: La milla, una prueba que no aparece en las competiciones internacionales de atletismo.
Pero lo más asombroso de sus resultados deportivos no es eso, sino haberlo logrado. Y es que cuando apenas tenía 8 años, los médicos estuvieron a punto de amputarle ambas piernas…
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¿Quién era Glenn Cunningham?
Glenn Cunningham es considerado por muchos expertos como el Mejor Corredor de una Milla en Estados Unidos.
Nacido en agosto de 1909, en Kansas, comenzó a correr cuando era pequeño, tras superar dos años de convalecencia, consecuencia de un accidente.
Empezó a despuntar durante su último año de secundaria, cuando ganó varias carreras de la milla. Ya en la universidad conquistó dos títulos de la NCAA (Asociación Nacional Deportiva Universitaria, en español) y ocho títulos nacionales de la AAU (Unión Deportiva Amateur).
Tras los títulos amateur de 1932, compitió en los Juegos Olímpicos de Los Ángeles en la disciplina de 1.500 metros. Sin embargo, no consiguió alcanzar el podio y quedó en cuarta posición.

Su mejor año deportivo fue 1933, cuando se impuso en el campeonato nacional de la AAU y logró 20 victorias consecutivas en una gira europea. Fue galardonado con el Premio James E. Sullivan, como Mejor Deportista Amateur de Estados Unidos.
El segundo intento olímpico de Glenn Cunningham, en Berlín 1936, tuvo mejores frutos, aunque con sabor agridulce. Consiguió batir el récord mundial existente en 1.500 metros, pero fue superado por el neozelandés Jack Lovelock, por lo que tuvo que conformarse con la plata.
A lo largo de su carrera estableció los récords mundiales de 1 milla y 800 metros. Además, batió 7 récords mundiales indoor en 1.500 metros y 1 milla, respectivamente.
Cuando los Juegos Olímpicos de 1940 fueron suspendidos por la 2ª Guerra Mundial, Cunningham se retiró del atletismo y fue director deportivo del Cornell College, en Iowa, durante cuatro años.
Varios años más tarde, él y su esposa abrieron el Glenn Cunningham Youth Ranch, en Kansas. Un rancho donde ambos ayudaron a unos 10.000 niños necesitados y maltratados. Murió en marzo de 1988.
¿Por qué su carrera es espectacular?
Hasta aquí la historia de Cunningham podría ser la de otros muchos atletas pasados o presentes. Pero para entender lo sorprendente de la suya hay que remontarse hasta 1917, cuando sólo tenía 8 años.
Glenn y su hermano de 13 años ganaban una propina, para ayudar en la economía familiar, ocupándose de la estufa del colegio.
Una mañana, por accidente, el encargado del reparto confundió las garrafas y dejó gasolina en lugar de queroseno. Cuando los pequeños Cunningham encendieron la estufa, sin darse cuenta del cambio, hubo una tremenda explosión seguida de un incendio.
Su hermano mayor murió y Glenn sufrió graves quemaduras en las piernas. Perdió todo el músculo de rodillas y espinillas, así como los dedos del pie izquierdo, entre otras lesiones.
Ante este panorama, los doctores propusieron la amputación de ambos miembros inferiores. Glenn, al enterarse, sufrió tal desazón que sus padres se opusieron a la intervención. A pesar de que los médicos aseguraron que nunca volvería a caminar, una nueva terapia, los masajes diarios que sus padres le hacían y su propia determinación, hizo que sólo 2 años después, en 1919, volviese a andar.
Poco tiempo más tarde descubrió que cuando corría, sufría menos que cuando sólo caminaba, así que comenzó a correr a todas partes. Y lo demás… pues ya es historia.
Otros datos de la biografía de Glenn Cunningham
Mientras la delegación estadounidense viajaba en barco hasta Berlín, en 1936, sus compañeros votaron a Glenn Cunningham como el «Atleta Más Popular».
A su regreso de aquellos Juegos Olímpicos obtuvo una maestría en la Universidad de Iowa y un doctorado en la de Nueva York.
Un parque de Elkhart, la ciudad de Kansas donde se crió, lleva su nombre, así como la carrera de 1 milla que se disputa en los Kansas Relays.
Desde 1974 forma parte del Salón Nacional de la Fama del Atletismo.
En 1981 escribió un libro con el que pudo inspirar a miles de lectores a través de su propia biografía.
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