Hoy no quiero hablar de deporte. O por lo menos no directamente. Hoy quiero hablar de vida. De segundas oportunidades. De gente que gracias a la generosidad y altruismo de otras personas han podido seguir viviendo. Hoy quiero hablar de deportistas que han recibido un trasplante de órganos.
Porque hoy, último miércoles de marzo, se celebra en España el Día Nacional del Trasplante. Un día en que las personas trasplantadas agradecen públicamente a profesionales y donantes el haberles salvado la vida.
Ya sé que existen muchas enfermedades, muchos profesionales de la salud y muchas operaciones quirúrgicas a lo largo del año. Pero un trasplante de órganos es distinto a todas ellas porque son necesarias esa solidaridad y altruismo que comentaba un párrafo más arriba para llevarlo a cabo. Mucho más cuando hablamos de donar órganos en vida.
En nuestro país ya tenemos muy interiorizada la donación de órganos post mortem. De hecho, en 2014, el 82,1% de familias a las que se les solicitó la donación de órganos de un recién fallecido respondieron afirmativamente, lo que habla muy positivamente de nuestro país en este aspecto.
Pero quizás no somos tan conscientes de que hay casos donde se hace necesario que la donación se haga en vida.
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Donación de órganos en vida
No te asustes ni pienses cosas raras, no hablamos de sacrificar a una persona para salvar a otra ni mucho menos.
Hablamos de órganos que tenemos duplicados y donde la extracción de uno de ellos no implica peligro (como los riñones) o de aquellos en los que se puede extirpar un trozo permitiendo que ambas personas cuenten con la funcionalidad completa, como puede ser el hígado.
El tema de la donación en vida siempre ha sido polémico, aunque cada vez menos. Lo habitual es que este tipo de donaciones se realicen entre familiares, pero en nuestro país, desde hace unos años, también es posible la donación altruista donde donante y receptor nunca son identificados, tal como ocurre con las donaciones “normales”.
En cualquiera de los dos casos, el donante siempre debe cumplir una serie de requisitos muy estrictos tanto en lo relacionado a la salud física como también a la salud mental, recibe asistencia psicológica para que pueda entender perfectamente los riesgos a los que se somete.
Quizás estés pensando que este tipo de donaciones son raras. Pero en realidad son cada vez más habituales dado que la recuperación de los pacientes trasplantados suele ser mejor. Y si no te lo crees, te cuento algunos casos de deportistas trasplantados cuyo donante estaba vivo…
Deportistas que recibieron un trasplante de órganos de un donate vivo
Éric Abidal
Seguro que te acuerdas de este caso porque no fue hace tanto y además se habló mucho de él al ocurrir en nuestro país. Pero por si no lo recuerdas, te refresco la memoria.
Éric Abidal es un exfutbolista que allá por 2011 jugaba en el Barça. Fue ese año cuando le diagnosticaron un cáncer de hígado que le fue extirpado y del que parecía haberse recuperado hasta el punto de reintegrarse al equipo para continuar con su actividad normal. Sin embargo, en 2012 el tumor se reprodujo y en esta ocasión no fue suficiente con la extirpación por laparoscopia. Necesitaba un hígado nuevo.
Fue un primo suyo quien resultó ser compatible y a los pocos meses del nuevo diagnóstico ambos se sometieron a la operación que salvaría la vida de Abidal.
Después de aquello el futbolista volvió a los terrenos de juego y se retiró a finales de 2014 con 34 años.
Jonah Lomu
Jonah Lomu era un jugador de rugby neozelandés. Jugó profesionalmente entre 1994 y 2000 en distintos equipos y llegó a disputar hasta 63 partidos con los All Blacks (la selección de rugby de Nueva Zelanda) con quienes fue subcampeón mundial en 1995.
A finales de 1996, cuando su carrera profesional recién empezaba a despegar le fue diagnosticado síndrome nefrítico, un trastorno causado por un conjunto de enfermedades que afectan al riñón y que desencadenan en un mal funcionamiento de todo el organismo.
Aunque inicialmente continuó con su vida de manera normal, en 2003 empezó a necesitar hasta 3 sesiones de diálisis semanales dado el grado de daño que ya sufría. Su cuerpo estaba tan deteriorado que incluso se llegó a pensar que quedaría en silla de ruedas para el resto de su vida.
Después de algo más de un año recibiendo este tratamiento, Jonah recibió un trasplante de riñón donde el donante fue un reconocido locutor de radio neozelandés. Esta intervención le permitió volver a los terrenos de juego en la temporada 2005/2006.
La historia de Jonah Lomu no termina tan bien como hubiésemos querido puesto que en 2011 la enfermedad reapareció, en 2014 empezó a someterse de nuevo a diálisis y finalmente falleció a finales de noviembre de 2015 mientras esperaba un segundo trasplante. No obstante, aquella primera intervención quirúrgica le permitió vivir casi 10 años más.
Luciano Galletti
Luciano Galletti es un exfutbolista argentino que jugó la mayor parte de su carrera en Europa. De hecho en España jugó en el Zaragoza y el Atlético de Madrid entre 2001 y 2007, antes de irse al Olympiacos.
Cuando tenía 30 años y estaba en lo que parecía lo mejor de su carrera deportiva le fue diagnosticado un problema renal que impedía el normal funcionamiento de sus riñones y por tanto del resto del cuerpo. Al parecer, cuando varios años antes estuvo en México con su selección nacional contrajo un virus del cual no había padecido ningún síntoma hasta ese momento.
Otra vez una donación en vida, en este caso de su padre le permitió seguir viviendo a pesar de que por recomendación médica no volvió a jugar al fútbol profesionalmente.
Aries Merritt
Aries Merritt es otro deportista que seguramente te resultará familiar a poco que sigas el atletismo. Ganó el oro del Mundial Indoor Estambul 2012 en 60m vallas, el oro en Londres 2012 en 110m vallas y el bronce en el Mundial de Beijing 2015 también en 110m vallas.
Lo que tal vez no sepas es que esta última medalla la consiguió sabiendo que tal vez podía ser la última ya que estaba a punto de ser sometido a un trasplante de riñón.
En 2013 le diagnosticaron una enfermedad genética que afectaba a este órgano y cuyo deterioro obligaba a un trasplante para que pudiera continuar viviendo en condiciones saludables. Aries Merritt es otro de los deportistas que se ha podido beneficiar de un trasplante en vida, ya que su hermana resultó compatible. No obstante, Merritt decidió posponer la operación para poder participar en Beijing a sabiendas de que después de la operación era posible que no pudiera volver a practicar deporte profesionalmente.
Actualmente, varios meses después de la operación, ya se entrena de nuevo y su meta son los Juegos Olímpicos de Río 2016, aunque aún no sabe si podrá competir en ellos.
¿Conoces algún otro deportista que haya necesitado un trasplante? ¿O a alguien de tu alrededor que también haya pasado por esta situación como donante o como receptor? ¿Donarías un órgano o parte de uno a un familiar que lo necesitase? ¿Lo harías sin saber quién es el receptor, por simple generosidad? Me encantaría que me dieras tu punto de vista sobre este asunto 🙂
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