Las palas de pádel son fundamentales para cualquier jugador de este deporte. Sin embargo, muchas veces se les da un uso inadecuado y no se les brinda el cuidado necesario para prolongar su vida útil.
Para que no te pase eso, en este post te daremos algunos consejos para mantener tu pala de pádel en buen estado, hacerle mantenimiento y evitar su deterioro. Además, te damos algunas claves de cosas que no puedes hacer con ella si quieres que te dure mucho tiempo.
Lo que debes hacer para cuidar tu Pala de Pádel
Alargar la vida útil de tu pala está en tus manos y en las acciones que realices cada vez que la utilices. Por lo tanto, haces bien en poner en práctica estos consejos que ahora te daremos.
En primer lugar, es importante el mantenimiento periódico. Por ello, después de cada partido debes limpiar la pala. Es importante retirar el polvo y la suciedad acumulada en la superficie, puesto que esto puede afectar tu rendimiento en la cancha.
¿Cómo hacer esto? Basta con pasar un paño húmedo y dejarla secar al aire libre. Nunca sumerjas la pala en agua o utilices productos químicos para su limpieza porque esto puede dañar los materiales de los que está hecha.
Otro aspecto importante es el almacenamiento. Lo ideal es guardarla en una funda especial para palas de pádel, que la proteja de posibles golpes o rayones. También es recomendable no dejarla expuesta al sol o a altas temperaturas.
En cuanto al mantenimiento, es importante revisar periódicamente su estado para detectar posibles daños o desgastes. Si notas que la superficie de la pala está desgastada o que ha perdido su rugosidad, es recomendable cambiarla por una nueva, quizás por algún modelo de palas de pádel Siux. También es importante revisar el grip o empuñadura, ya que su desgaste puede afectar la comodidad y el agarre durante el juego.
Lo que no debes hacer con tu Pala de Pádel
Cuidar tu pala de pádel también implica evitar hacer con ella ciertas acciones que podrían deteriorarla o disminuir su vida útil.
Nunca la utilices para golpear superficies duras como el suelo, las paredes o las vallas de la cancha, ya que esto puede dañar su estructura, provocar grietas o roturas. Como consecuencia, termina afectando su rendimiento en la cancha e, incluso, podría hacerla inservible.
Tampoco debes dejar tu raqueta expuesta a altas temperaturas o a la luz directa del sol durante periodos prolongados. Esto puede afectar la calidad de los materiales, especialmente en las palas que tienen núcleos de espuma, lo que puede provocar deformaciones y hasta hacer que se rompan.
Además, no debes emplear productos químicos o abrasivos para limpiar la pala. Tampoco la utilices como herramienta para abrir botellas o realizar otras tareas que puedan dañarla.
Es decir, no la utilices para aquello para lo que no ha sido diseñada, en otras palabras, no la uses para otra cosa que no sea jugar al pádel.
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