Hace 44 años, el mundo del deporte fijó su mirada en Montreal, ciudad que organizó por primera vez los Juegos Olímpicos. Una edición que estuvo marcada por la incertidumbre tras el atentado ocurrido cuatro años antes en Múnich, en el que 11 atletas israelíes fueron asesinados por el grupo palestino ‘Septiembre Negro’, siendo uno de los capítulos más trágicos en la historia de las Olimpiadas. Aunque la ciudad canadiense fue elegida por delante de Los Ángeles y Moscú para evitar cualquier tipo de tensión entre el bloque occidental y el bloque del este, los Juegos de la XXI Olimpiada no estuvieron exentos de polémica.
Unos meses antes de la celebración de los Juegos Olímpicos de Montreal, la selección de rugby de Nueva Zelanda, conocida como los All Blacks, visitó Sudáfrica para jugar un partido entre las dos grandes potencias de este deporte, a pesar de que el país africano estaba excluido del Comité Olímpico Internacional (COI) debido al apartheid (conjunto de leyes que establecían un sistema desigual y discriminaban a la población negra e india). Por ese motivo, buena parte de los estados africanos pidieron que la delegación neozelandesa fuera expulsada en su totalidad de los Juegos Olímpicos, pero se encontraron con la negativa del COI y el Comité Canadiense. Tras la negativa, todos los países africanos, más Guyana e Irak, rechazaron en julio de 1976 la invitación para participar en la edición de Montreal, provocando el primer boicot masivo en la historia de los Juegos Olímpicos.

La ausencia de los africanos no hizo que descendiese el nivel en las pruebas de atletismo, ya que se batieron siete récords olímpicos y cinco mundiales, pero sí reflejó el olvido de África también en el mundo deportivo. El continente africano es el gran olvidado del planeta. Los grandes medios de comunicación hablan muy poco del deporte africano, especialmente porque la falta de infraestructura hace que sus deportistas no tengan demasiado éxito en las competiciones internacionales, aunque el dominio de los atletas africanos en las carreras de larga distancia es aplastante. Una falta de presencia que también se observa en deportes mentales como el póker, debido a que África sigue siendo aún el continente con menos participación en los grandes eventos del juego de cartas.
Las inmensas posibilidades de África en el Póker
Hoy en día, el póker, especialmente el Poker Texas Holdem, se juega en todos los continentes, excepto en la Antártida. Sin embargo, el continente africano es el que menos explotado está en cuanto a competiciones de póker se refiere. El juego de cartas está creciendo exponencialmente en popularidad en África, donde hasta hace apenas unas décadas existía un panorama bastante desolador para los amantes de los naipes. Un crecimiento que se debe principalmente a que muchos países africanos han aflojado sus leyes relacionadas con el póker y los juegos de azar. Si bien es cierto que hay muchos lugares para disfrutar del juego de cartas en África, hay dos países que están liderando este nuevo camino en el tercer continente más extenso del planeta: Marruecos y Sudáfrica.
Sudáfrica es el país africano con más actividad en el mundo del póker, ya que es la nación que más jugadores aporta y más torneos en vivo realiza al cabo del año en los distintos circuitos internacionales. De hecho, este país situado en África austral cuenta desde el año 2004 con la Asociación de Póker de Sudáfrica, cuyo objetivo es difundir el juego de cartas por el sur del continente africano, además de impulsar torneos que ayuden al crecimiento de los jugadores en el país. Estos torneos suelen realizarse en casinos como el Resort Río Casino, ubicado en la ciudad de Klerksdorp, el Montecasino en Johannesburgo, la ciudad más grande de Sudáfrica, o el Sun City Casino, un lujoso complejo hotelero con casino situado en la Provincia del Noroeste.
Más de 11.000 kilómetros separan Sudáfrica de Marruecos, la otra gran cuna del póker en el continente africano. Ciudades como Marrakech, Casablanca o Tánger son algunos de los principales focos que tiene este país de África del Norte que limita con el océano Atlántico y el mar Mediterráneo. Sin ir más lejos, Adrián Mateos, considerado como el mejor jugador español de la historia del póker, se coronó en el torneo más grande de África celebrado en el año 2018 en el Es Saadi Marrakech Resort – Palace, que alberga el casino de Marrakech. Esta ciudad marroquí también cuenta con otro establecimiento de juego de primer nivel, el Casino de Marrakech, que ha organizado algunos de los mejores eventos de póker en vivo del circuito internacional: el WPT National, el WPT Main Event y el WSOP Circuit.
World Series of Poker Africa (WSOPA)
El continente africano tiene aún un largo camino por recorrer en los próximos años para convertirse en una sede habitual en los principales circuitos internacionales. A pesar de ello, África cuenta con innumerables posibilidades para organizar cualquier tipo de evento de póker en vivo, ya que se trata del continente más interesante y diverso de la Tierra. Un lugar mágico que ha seducido a las World Series of Poker (WSOP), el conjunto de torneos de póker en vivo más prestigioso del planeta. En el año 2010 nacieron las World Series of Poker Africa (WSOPA), la segunda expansión internacional de las WSOP fuera de Estados Unidos tras su desembarco en Europa en 2007.

El Emerald Resort & Casino, situado en la ciudad sudafricana de Vanderbijlpark, hizo historia en 2010 al convertirse en el primer casino africano en celebrar un evento de las World Series of Poker. El evento consistió en dos torneos, uno de Omaha Pot-Limit de 1,100 dólares con recompras de 300$ y el Evento Principal No Limit Hold’em de 5,000$ de entrada. El sudafricano Warren Zackey se convirtió en el primer ganador de las Series Mundiales de Póker en África, tras superar a reconocidos profesionales del mundo del juego de cartas de la talla de Maria Ho, Vanessa Rousso, Gus Hansen o Beth Shak. Un triunfo con el que situó al continente africano en el mapa del póker mundial.
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